lunes, 30 de octubre de 2017

Las expresiones micro y macro de la violencia de género

En nuestro país durante este año se han registrado hasta la fecha 33 femicidios, los cuales encarnan la forma más extrema de violencia contra la mujer, el punto final de una red de coacciones que se potencian y acaban en la suspensión total de la vida de mujeres de distintas edades y perfiles, a manos de quiénes fueron sus esposos o convivientes. Estas terribles cifras son la culminación de una escala de micro violencias que son reproducidas gracias a una estructura social en la que se les da cabida. El acoso callejero, la desigualdad salarial entre hombres y mujeres, la discriminación en esferas políticas son ámbitos donde se expresan distintos tipos de discriminación y violencias.

Los espacios educacionales también operan con lógicas reproductoras de estas violencias pues los programas escolares funcionan como mecanismos de disciplinamiento en los que se configuran discursos tanto explícitos como implícitos que están influenciados por ideas hegemónicas que determinan los contenidos que deben tratarse, ya que “las decisiones que implican el diseño de un currículum implican relaciones de poder y las teorías del currículo, en la medida en que buscan decir lo que el currículo debe ser, no pueden dejar de estar implicadas en asuntos de poder.” (Morgade, 2011) Es por esto que la escuela al funcionar como un mecanismo de poder también actúa como un aparato ideológico (Morgade. 2011), donde las identidades de género son sólo aceptadas siguiendo la idea del binarismo hombre/mujer, y como se dijo anteriormente, esto genera que se produzcan lógicas en donde la figura de la mujer se vea como inferiorizada, por ejemplo, muchas veces alejada del área científica desde muy pequeña, relegada de los deportes considerados "masculinos", lo que influirá en su posterior desarrollo psicológico y académico. Es por esto que nuestra premisa apunta a generar dentro de estos espacios áreas de reflexión y deconstrucción en torno a los roles de género, ya que su reproducción muchas veces acaba con terribles consecuencias como los femicidios y otros tipos de violencias expuestas.

Bibliografía:
-   Morgade, G. (2011). Toda educación es sexual: Hacia una educación sexuada justa. Buenos Aires: La Crujía Ediciones.


viernes, 27 de octubre de 2017

Masculinidad hegemónica: la cultura de la violencia.

Vivimos en una cultura que polariza las características que "deben" presentar hombres y mujeres, constituyendo un imaginario colectivo en el cual sólo pueden existir de forma contraria los géneros “femenino” y “masculino”. Esto trae consigo la creación de nociones tales como la “masculinidad” la cual se posicionará como un concepto complejo que “alude tanto al significado «correcto» de ser hombre como a diferencias con la feminidad” (Bonino, 2003, p.9). Se presentan así rasgos físicos y  psicológicos a través de los cuales los hombres deben desarrollarse, produciendo efectos en su experiencia corporal, en la personalidad y en la cultura. (Connell, 1997).

Los rasgos más característicos estipulados sobre lo "masculino" son: "agresividad, competencia y ansiedad" (Kimmel, 1997, p.2)





Un niño promedio pasa 40 horas semanales viendo televisión, deporte, películas o vídeo juegos


En la mayoría de éstas plataformas se pueden observar ejemplos de masculinidad,  donde se enseñan facetas en las cuales los hombres se muestran con personalidades dominantes, agresivos y poderosos, con un temple que les impide mostrar demasiadas emociones. Por otro lado vemos al superhéroe, (que en su mayoría son hombres) usando la fuerza y la violencia para el mantenimiento del control. Éstas últimas figuras son las que más causan admiración y se posicionan como ejemplo para una gran cantidad de niños/as.  
Otro ejemplo de éste fenómeno se da en los vídeo juegos, algunos de los cuales presentan dinámicas violentas, machistas y racistas que fomentan la degradación femenina, todas éstas imágenes afectarán el comportamiento de los/as sujetos/as que las observen y conformarán imaginarios violentos, que, en el caso de los vídeo juegos, aumentarán la tolerancia y aceptabilidad de la violencia hacia la mujer, tejiendo un entramado socio cultural que más tarde podrá desembocar en violencia de género, puesto que los hombres, desde temprana edad, se verán entonces coercionados a ser viriles, masculinos, a alejarse de lo femenino y a validarse constantemente como hombres con otros hombres, lo cual implicará usar mecanismos como la violencia, manipulación, dominación, etc. 


Bibliografía:

-       Bonino, L. (2003). Masculinidad hegemónica e identidad masculina. Dossiers feministes, 6, 7-36
-       Connell, R., VALDÉS, T., & OLAVARRÍA, J. (1997). Masculinidad/es. Poder y crisis. La organización social de la masculinidad, 31-48.
-       Kimmel, M. (1997). Homofobia, temor, vergüenza y silencio en la identidad masculina. Masculinidad/es. Poder y crisis, (24), 49-63.



sábado, 21 de octubre de 2017

"No se nace mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese producto" 
(Beauvoir, 1949, p.109)

miércoles, 18 de octubre de 2017

Una relación asimétrica y de dominancia entre sexos.

Una relación asimétrica y de dominancia entre sexos. 

Desde tiempos remotos ha existido una asimetría de reconocimiento respecto al “sexo” de la persona , es decir, se ha construido socio-históricamente una sociedad donde el hombre tiene un carácter superior en relación  a la mujer. Esta jerarquización se ha ido legitimando a lo largo de los años, donde el rol de la mujer se asociaba a lo privado, a lo doméstico, el cuidado de los/as niños/as, los quehaceres del hogar, permaneciendo en un estado de sumisión frente a los hombres, y es que éstos últimos eran quienes tomaban las decisiones vinculantes, lo que conllevaba a que sus privilegios y necesidades predominaran.

Frente a este sistema de dominación, Simone de Beauvoir, al analizar las sociedades primitivas, establece que la sociedad patriarcal se remonta a cuando se comenzó a usar el bronce para fabricar herramientas, sobre todo para la guerra y, como explica López (2009), para Beauvoir, el orden patriarcal queda realmente legitimado a partir de la identificación de la guerra como algo meramente masculino, pues esto trae consigo valoraciones desiguales frente a lo que hacen y pueden hacer hombres y mujeres. Simone de Beauvoir dice que: 

“la peor maldición que pesa sobre la mujer es estar excluida de estas expediciones guerreras, si el hombre se eleva por encima del animal, no es dando la vida, sino arriesgándola; por esta razón, en la humanidad la superioridad no la tiene el sexo que engendra, sino el que mata” (Beauvoir, 2000, p. 128).


De esta forma, en una sociedad patriarcal, todo lo relacionado a la mujer y a lo femenino, es menospreciado frente a lo que dice y hacen los hombres, por lo tanto, se da una "supremacía" de un sexo respecto a otro. Este dominio se expresa de diversas formas, en la repartición de trabajo, en lo salarial, en el reconocimiento social, en los cargos públicos, entre otros. Un claro ejemplo de esta asimetría es el hecho de que las mujeres tuvieron que luchar por su derecho a voto mientras que a los hombres sí se les reconocía ese derecho por el simple hecho de ser hombre. 

Resultado de imagen para we gonna start the revolutionEste cultura patriarcal es una las causas determinantes respecto a la violencia de género, puesto que, la opresión y violencia hacia la mujer, se relegaba a un espacio privado, es por esto que  en los años 60, en Estados Unidos surge la disruptiva y, hasta hoy, célebre consigna de las feministas radicales que dice “Lo personal es político”, la cual pone en cuestión las fronteras establecidas por la dicotomía público/privado y la subordinación de las mujeres que esta división supone. Con esto, la violencia sexista pasa a ser una cuestión política y no algo privado que las mujeres deben vivir a puertas cerradas (Guerra, 2009). Posteriormente, en los años 70, el feminismo radical desarrolló el concepto de patriarcado para poner luz sobre este sistema de dominación sexual, buscando diferenciarlo del sistema de dominación económico (Guerra, 2009). 

En cuanto al plano educacional, el patriarcado se manifiesta en el ámbito educativo de diversas maneras, pues este se comporta como un espacio de reproducción de ideas hegemónicas. Las lógicas heteronormativas tienen una incidencia bastante importante que se hace notar a través del sexismo y estereotipos de género que representan los propios textos escolares, a través de programas educativos y de otros mecanismos que operan, muchas veces como currículum oculto, de forma más silenciosa. Esto lo podemos visibilizar a partir de lo planteado por Sonia  Montecino, quien  encontró que en textos escolares entregados a estudiantes de séptimo básico se exponen narraciones  marcadas por roles de género, así como lo relata respecto al texto “El regalo de los reyes magos”, donde “la proposición de femineidad de este cuento construye una visión simbólica en donde los <cambios de ánimo>, el llanto y la histeria pertenecen al reino de la mujer y el poder y la calma al reino del varón” (Montecino, 1997).  De esta manera, las escuelas son espacios importantísimos en cuanto a la deconstrucción y/o la reproducción de ésta lógica patriarcal y machista. 


Recomendación del día: dentro del arte cinematográfico y literario, una de  las obras que podemos sugerir es "the girl with the dragon tattoo" (la chica del dragón tatuado), dirigida por el maestro David Fincher. La historia trata sobre un periodista (Mikael Blomkvist) que se encuentra al borde del desprestigio al perder un caso de difamación ante un famoso empresario. Mientras, una sui géneris muchacha (Lisbeth Salander) investiga a Mikael, contratada por Henrik Vanger, un poderoso pero anciano empresario que tiene una misión especial para el periodista: investigar la misteriosa desaparición de su sobrina adolescente, quien, sospecha, fue asesinada por un miembro de su propia familia. Sería justo decir que ‘La chica del dragón tatuado’ es la cruzada de Lisbeth contra el machismo instalado, estructurado, organizado e infiltrado en un sistema capitalista contaminado. Donde está instalada la hipocresía que oculta redes corporativas y clandestinas de violencia a la mujer. 

                                           Resultado de imagen para the girl with the dragon tattoo

Bibliografía

Beauvoir, Simone de (2000): El Segundo Sexo. I. Los hechos y los mitos y II. La experiencia vivida, Madrid, ed. Cátedra (1ª ed. francesa, 1949).
Guerra, L. A. (2009). Familia y heteronormatividad. Revista Argentina de Estudios de Juventud1.

López, R. M. C. (2009). Simone de Beauvoir y la historia de las mujeres. Notas sobre El Segundo Sexo. Investigaciones feministas, 65-76.

Montecino, S. (1997). Constructores del afuera y moradoras del interior, Representaciones de lo masculino y de lo femenino en libros escolares chilenos. B. Eyzaguirre & L. Fontaine, edits. El futuro en riesgo: nuestros textos escolares. Santiago de Chile: Centro de Estudios Públicos.







domingo, 15 de octubre de 2017

GIRLS AGAINST GENDER VIOLENCE

Hola a todas/todos, somos tres estudiantes en tercer año de Trabajo Social de la Universidad de Chile intentando sacar adelante el semestre. 
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 Desde que entramos a la carrera hemos tenido un inclinamiento hacia las temáticas de género, por lo que cada oportunidad que tenemos para ahondar en este tópico la aprovechamos, y esta no fue la excepción. Es así que, en un ramo de este semestre, Intervención en Fenómenos Sociales Extremos, se nos solicitó realizar un ensayo respecto a un tema que nos interesara para luego desarrollar un blog o vídeo relacionado a éste mismo, es así que llegamos AQUÍ. 



¿QUÉ PENSAMOS?: Tenemos convicción de que la violencia de género NO tiene justificación, ni es algo normal sino que es una construcción socio-cultural que se ha naturalizado, restándole importancia a toda violencia que no sea física, menospreciando el acoso callejero, la violencia psicológica, las desigualdades y un sinfín de otras expresiones de violencia.

Por lo tanto, creemos que las intervenciones paliativas que se dan actualmente respecto a la violencia hacia la mujer, no son suficientes, pues tal como afirmamos que el trasfondo de esta violencia es una construcción esta puede ser deconstruida mediante pequeños actos y/o discursos en diversos espacios, pero uno sustancial es el espacio educativo, donde niños/as no tienen internalizada la lógica patriarcal/machista, por lo que es la instancia perfecta para comenzar a trabajar por una sociedad más respetuosa y justa, esto no quiere decir que sólo sea una mirada hacia el futuro, sino que se debe trabajar ahora, en cada espacio que compartimos, desde el hogar hasta el trabajo, con nuestra familia, amigos/as, compañeros/as, etcétera. Todo este pensamiento nos lleva a decir que respecto a la violencia de género, las escuelas son el cimiento para comenzar a combatir este problema. 


 Quiénes están detrás de este blog: Catalina Astudillo, Karina Parada y Valentina Toro. 

"(...)Toda educación es sexual, ya que en todos los procesos educativos se producen, transmiten y negocian sentidos y saberes respecto...